Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

LA NACIÓN

Punta Chica está cambiando su look radicalmente. Victoria Ocampo se sorprendería al ver que la quinta Miralrío que alquiló en 1924 para hospedar a su amigo Rabindranath Tagore, premio Nobel de literatura en 1913 hoy se convirtió en un loteo de diez fracciones de unos 600 m2 cada uno con un valor que ronda los US$ 600 mil.

Punta Chica está cambiando su look radicalmente. Victoria Ocampo se sorprendería al ver que la quinta Miralrío que alquiló en 1924 para hospedar a su amigo Rabindranath Tagore, –premio Nobel de literatura en 1913– hoy se convirtió en un loteo de diez fracciones de unos 600 m2 cada uno con un valor que ronda los US$ 600 mil .

Pero este caso es sólo un ejemplo de la transformación que atraviesa el barrio con la suma de proyectos residenciales de alta calidad en las barrancas de las quintas que pertenecieron durante décadas a familias tradicionales de la zona.

Un nuevo polo residencial comienza a consolidarse como fruto del desarrollo de nuevos barrios cerrados pequeños y de condominios con apartamentos de tres o cuatro pisos, es decir entre 12 y 15 metros, altura permitida por el código de Ordenamiento Urbano de San Fernando.

Con estos proyectos se afianza el concepto de una arquitectura más moderna aggiornada a las necesidades contemporáneas de las familias que eligen mayor dinamismo.

“Los clientes ya no buscan el quincho cubierto con vestuarios, baños, garaje para cinco autos y caseros. Son predios muy grandes con casonas caras de mantener que tienen una arquitectura que no se adapta a las necesidades actuales de confort. Y, sobre todo, por ser segunda generación de herederos, prefieren dividirlas”, explica Juan von der Becke, directivo de Vizionare.

Hablar de departamentos en ese corredor delimitado por la avenida del Libertador hacia el Tren de la Costa era impensable. Sin embargo Anima, un complejo de veinte unidades formado por dos bloques de uno, dos y tres dormitorios implantado en plantas aterrazadas para adaptarse al terreno de barranca con el objetivo de lograr el menor impacto ambiental fue uno de los pioneros. Diseñado por los estudios MADe y Proyecto C está ubicado en la calle Arias entre Uruguay y Ricardo Rojas. “Generalmente compra el padre para su hijo con el objetivo de tenerlo cerca, o quienes deciden vender su casa y mudarse a un departamento”, dice Amedeo Rizzi, vicepresidente de Meyer Propiedades que tuvo a cargo la comercialización.

Muy cerca de este emprendimiento sobre la barranca de la calle Brasil y Lasalle se desarrolla Vizion, un loteo de diez terrenos en la ex quinta Miralrío de la familia de Lafuente. “Es un polo de un gran atractivo inmobiliario ya que por su

implantación permite generar grandes proyectos de casas en un área de mucha seguridad”, afirman en la gerencia comercial y de proyecto de Vizionare. El valor de la incidencia del terreno oscila entre los US$ 700 y US$ 1000 el m2 y más de la mitad de los predios ya están vendidos. El perfil del comprador apunta a familias con hijos en colegios privados y empresarios expatriados que eligen Punta Chica asesorados por las empresas de relocalización.

Susan Kidd, directora de Labs, empresa especializada en relocalización de ejecutivos afirma que este corredor fue siempre muy popular debido a la cercanía con los colegios internacionales, principalmente el Lincoln y el San Andrés. “La mayoría de las familias expatriadas que venía por empresa a radicarse un par de años a Buenos Aires, elegía los barrios de San Isidro Chico y el Boating Club para vivir. Creo que hubo y hay una necesidad de más barrios cerrados que puedan ofrecer viviendas un poco más modernas y un concepto de casa no tan tradicional”, afirma la especialista.

Fuente: LA NACION – Crédito: Silvana Colombo

Frente a la Universidad de San Andrés sobre la calle Arias se encuentra en su etapa final de obra OM Punta Chica de la desarrolladora Northbaires que comercializa Bullrich. Se trata de un condominio de unidades residenciales de casas de dos, tres y cuatro dormitorios con jardines privados; departamentos de uno y dos dormitorios y pent-houses de dos dormitorios con superficies de 88 a 368 metros cuadrados. En total 30 unidades funcionales distribuidas en tres niveles. “OM Punta Chica propone un estilo de vida rodeado de paisajes privilegiados en una excelente ubicación. Cuenta con vistas y atributos propios de las tradicionales residencias sobre las Barrancas del corredor norte con los beneficios de su proximidad al río, al Club Náutico, al Campus de la Universidad de San Andrés y el Tren de la Costa entre otros”, aclara Matías Botello, director comercial de Northbaires.

Con un precio por metro cuadrado que oscila entre US$ 2950 y US$3450 ya se vendió el 70 por ciento de dicho emprendimiento. “Las unidades de planta baja en su tipología tienen un perfil de parejas con nido vacío que quieren mantener las ventajas de vivir en una casa con la tranquilidad y de la seguridad que les permite disfrutar de sus viajes y salidas sociales”, explica Botello.

Otro proyecto en marcha es el de O’Reilly, Torrado & Sanguinetti (OTYS) con Miradores II, un barrio privado de quince lotes con superficies de entre 650 y 1000 metros cuadrados ubicado en las ex canchas de rugby del colegio San Andrés. Frente a la respuesta positiva de Miradores decidieron apostar por más. “La Cañada, la sociedad desarrolladora, ya había culminado las obras en el barrio Miradores, calle de por medio con Miradores II. Es así como sabían que había una alta demanda por este tipo de propiedades y es por eso que decidieron comprar la tierra y encargar al estudio Altuna-Cecchi el diseño del nuevo barrio”, cuenta Juan Pablo Sanguinetti, uno de los directores de OTYS.

Para la comercialización no se hizo una venta tradicional usando medios de alcance masivo. “Contactamos personalmente a todos los clientes que podían estar interesados en un proyecto de esta naturaleza”, afirma Sanguinetti. Se vendió el 100 por ciento de los lotes a un valor original de US$ 560 por metro cuadrado. Hoy el valor de reventa de Miradores II está en US$ 650 por metro cuadrado. “El comprador es una familia que vivió siempre en San Isidro que manda a sus hijos a colegios de la zona y que busca la posibilidad de construirse su casa en un lugar lindo, seguro y bien ubicado”, aclara el desarrollador.

Mieres Propiedades por su parte cuenta con un terreno en frente al colegio San Andrés de origen escocés de 2017 m2 con entrada por la calle Elortondo, vista al río y que se puede subdividir en dos lotes. D’Aria Propiedades tiene en venta una propiedad similar de 2500 m2 sobre las barrancas de Martínez. Sin embargo, las regulaciones son distintas en el partido vecino. “La zonificación se mantiene en todas las barrancas del Partido de San Isidro donde no está permitido la construcción en altura ni afectado a PH (o multifamiliar). Es por eso que no se ven condominios y se mantienen las residencias históricas. Lo único que se puede hacer en las fracciones mas importantes es un loteo abierto. Es decir, fraccionar en terrenos más chicos con accesos independientes para cada uno ”, cuenta Maximiliano D’Aria, dueño de la inmobiliaria homónima.

Otro proyecto de menor envergadura es el de Arias 2110 que cuenta con cinco casas en propiedad horizontal y un espacio común en el jardín posterior con pileta y parrilla. El desarrollador es Arquitectura Site y comercializa Meyer Propiedades. Los precios oscilan entre US$ 280.000 y US$ 350.000.

Sobre esta misma calle en Arias al 2371 se está construyendo un edificio de categoría de planta baja y dos pisos con doce unidades funcionales y 15 cocheras. “Son departamentos de dos y tres ambientes a 100 metros de la estación Marina Nueva del Tren de la Costa. El valor del metro cuadrado oscila entre US$ 2000 y US$ 3000”, relata Amedeo Rizzi, vicepresidente de Meyer Propiedades. Dicha inmobiliaria comercializa el fideicomiso de Marina Nueva de nueve casas de 130 a 150 metros con acceso independiente, expansiones privadas con parrilla y dos cocheras subterráneas cada una. Queda claro que el potencial de crecimiento urbano de este rincón selecto desde la avenida del Libertador hasta el río en Punta Chica es alto. “La gente está volviendo de los barrios cerrados más lejos de Tigre o Pilar a la zona donde vivió toda la vida”, aclara Luján Dellepiane, de Mieres Propiedades. El entorno rodeado de importantes espacios verdes, la tranquilidad y la cercanía al espejo de agua favorece la elección de estas exclusivas propuestas que ofrecen los desarrolladores de real estate.Por: Dolores Pasman

PRENSA

Para recibir mas información, por favor completá con tus datos.

+54 11 6021 3080
Martín Coronado 3262
C.A.B.A. – Argentina.
Horario de L a V de 9 a 18hs.