El 30 de diciembre de 2002, el cine América, ubicado en Callao y Santa Fe, proyectó su última película comercial, “Lugares comunes”, de Adolfo Aristarain . Eventualmente, fue usado luego como sede en varias ediciones del Bafici. El edificio fue comprado en su momento por la empresa chilena Cencosud, que tenía proyectado construir una gran tienda al estilo de las de Estados Unidos. Pero la idea no prosperó y el edificio estuvo abandonado hasta hace pocos meses, cuando fue demolido.
La desarrolladora NorthBaires construirá en ese predio, sobre Callao, un edificio de oficinas (que mantendrá el nombre América) donde estará la sede de la Escuela de Negocios de Universidad de San Andrés. Como parte del mismo complejo, sobre Marcelo T. de Alvear, frente a la plaza Rodríguez Peña, la empresa construirá un edificio de departamentos premium.
El emprendimiento es el más grande de la zona de Recoleta, en un terreno de 3800 metros cuadrados. La universidad ocupará tres niveles: un subsuelo, la planta baja y el primer piso. Como parte del proyecto se construirá un aula que fue diseñada por la Universidad de Harvard, donde se van a dictar clases online. Los pisos superiores estarán ocupados, casi con seguridad, por una compañía extranjera.
Sobre Alvear estará el edificio de viviendas (llamado OM Recoleta), que tendrá pileta, gimnasio, parrillas, SUM, seguridad y valet parking. En el pulmón de manzana se construirá un parque privado, para que todos los departamentos tengan vista al verde. Los departamentos van desde un dos ambientes de 50 metros cuadrados hasta el más grande, de 400 metros cuadrados. A modo de ejemplo, un departamento de 143 metros cuadrados, con tres dormitorios y tres baños cuesta US$ 657.941, con una cochera opcional por 50 mil dólares. El complejo tendrá además un garage privado con capacidad para 500 autos.
Marcos Juejati, director de Northbaires, cuenta cómo decidió invertir en el proyecto: “Yo tenía una oficina en Corrientes y Montevideo. Pasaba todos los días y esa cuadra estaba muerta. Le habían bajado la categoría a toda la cuadra, incluso hubo épocas donde se intentó tomar el predio del cine. Un día averigüé quién era el propietario y lo fui a ver: era de Cencosud, que la había comprado para traer a las tiendas París. Los fui a ver y me dijeron que no lo vendían. Empezamos el diálogo y después de un año nos pusimos de acuerdo. Tardamos tres años más en firmar. Cuando logramos comprar la propiedad, adquirimos el estacionamiento de la vuelta, que también era de Censocud, y un local tres pisos que estaba al lado”.
“En líneas generales lo que nos pasó fue que los vecinos estaban contentos, porque la zona estaba abandonada. Estuvo cerrado 10 años el cine, con un nivel de abandono total. En un momento se usaban las cocheras, pero después eso cerró. En una cuadra hermosa, tenías ese lugar cerrado, abandonado. La gente pedía que hiciéramos algo bueno, de calidad”, señala Juejati”.
Una recorrida por la zona lo confirma. Los vecinos celebran la llegada del emprendimiento, aunque recuerdan al Cine América con cariño. Lele Cabrera es escribana y vive justo enfrente, sobre Callao. “Me parece bárbaro. La última vez que fui al cine América estaba embarazada de mi hijo, que ahora cumple 16. Ahora no había nada, estaba todo oscuro. Se está haciendo algo para que levante. Igual es una locura lo que piden, va a ser para gente muy selecta”, afirma.
“Me viene bárbaro porque nos va a traer gente. Ese edificio estuvo muchos años abandonado, con gente que dormía en la puerta”, asegura Fabrizio Ventura, vecino de Recoleta y encargado del local de ropa para hombres Mancini, ubicado frente al futuro edificio de oficinas, quien recuerda que fue al Cine América hace 15 años.
En el mismo sentido se expresa Gastón Franco, encargado de Toche, otra casa de ropa para hombres de la zona. “Espero que sea para bien, ya que nos dio bastante dolor de cabeza por los ruidos, durante la demolición, tuvimos que trabajar con la puerta cerrada. Espero que consuma la gente que viva ahí. Es un edificio de categoría, pero la zona es de categoría también y estamos complicados”, señaló.
“En líneas generales, pensamos conservar lo que se pueda, pero cuando lo compramos del cine quedaba solo el nombre. No había pantallas, no había butacas, no había proyector, no había nada. Lo único que encontramos de valor fue maderas de pinotea, que rescatamos, limpiamos y vamos a usar para el piso de los lobbys”, dice Juejati, que revela que la compra de los terrenos a Cencosud le costó 25 millones de dólares.
En total, la inversión será de 80 millones de dólares. Se estima que los edificios estarán terminados para 2020, aunque ya se está comercializando. Las oficinas están vendidas en un 100% y los departamentos en un 55%. El proyecto está a cargo del estudio de arquitectos BMA y la empresa constructora es Caputo.
Un poco más sobre el Cine América
Inaugurado el 14 de julio de 1968 con el film “¿Sabes quién vino a cenar?”, con Katherine Hepburn y Sidney Poitier, el América se levantó en Callao 1057, a metros de Santa Fe. Fue construido por los arquitectos Antonini, Schon, Zemborain y Firpo y administrado por la empresa Cordero, Cavallo, Lautaret y Ortiz, de larga y conocida actuación en el medio cinematográfico de nuestro país.
La sala, de moderna concepción edilicia y de definidos rasgos arquitectónicos para la época de su apertura, poseía una capacidad para 1300 butacas, acceso de público facilitado por dos amplios vestíbulos decorados con mármol y garaje con cocheras individuales para 150 automóviles.
Fuente: La Nación >>
Por: Víctor Pombinho Soares